Cuando se trata de tener sexo, es cierto que la gente no suele ponerse restricciones en cuanto al lugar, pero evidentemente existen sitios que son mejores que algunos por algunos detalles que valen la pena considerar antes de corres el riesgo de echar a perder un encuentro sexual. La gente suele buscar sitios diferentes de la habitación típica para tener sexo, con la esperanza de agregarle un poco mas de picante y de emoción a la situación, y es que el ambiente juega un papel fundamental en el nivel del disfrute del sexo, ya que cuando se trata de algo fuera de lo común hace que en encuentro sea mucho más picante.
Pero hay que tener cuidado de no sobre pasarse y seleccionar un sitio que no sea para nada conveniente, siendo el error más común de las personas tratar de tener sexo en una piscina y llevándose una gran desilusión luego de ello. Es muy típico que las piscinas sean uno de los lugares que más provocan a las personas cuando dejan volar la imaginación, sobre todo por verlo en muchas películas para adultos y por ser un lugar en donde la poca ropa y los trajes de baño despiertan un poco de emoción, pero a la hora de la verdad la piscina no es muy buena para tener sexo pues es muy incómoda y ofrece poca seguridad, cosas que son importantes para disfrutar bien del sexo.
Dentro de una piscina no es un lugar ideal para tener sexo por diferentes motivos, uno de ellos es que suelen ser sitios públicos muy frecuentados y que, por supuesto están al aire libre, así que es un gran riesgo ser encontrado en plena acción por alguien, trayéndonos graves problemas que dependiendo del lugar puede ser una sanción muy grave. Es cierto que el miedo de ser descubierto puede ser más emocionante, pero en este extremo quizás no valga la pena correr semejante riesgo. Por otro lado, al estar sumergidos en el agua no hay otra forma de tener sexo que estando parados si no se quieren ahogar en el intento, y esto siempre y cuando la piscina no sea de mucha profundidad. El sexo en una posición única y parados puede no ser tan placentero como lo es acostarse de miles de formas y probar muchas posiciones, por lo que rápidamente el encuentro se vuelve monótono y aburrido a diferencia de lo que podíamos imaginar.